DEBER MORAL.
Los deberes u obligaciones, lo que se tiene que hacer por estar compelido a ello, en forma interna o externa puede fundarse en varias fuentes: familiares, religiosas, jurídicas, costumbres, laborales, etcétera. Entre estos deberes, los morales pueden definirse como aquello que nos es imperativo hacer por demanda de nuestra propia conciencia, que en caso de no cumplirlo, nos sanciona con el remordimiento
El deber moral está profundamente emparentado con la ética, que estudia las acciones clasificándolas en buenas o malas. Lo que se debe hacer es lo bueno, pero lo que no es tan fácil de descubrir en algunos casos es qué es aquello que llamamos “bueno”. Esto dependerá de nuestra propia concepción del mundo y de la influencia que en la formación de nuestras percepciones valorativas hayan tenido la familia, la religión, los padres o los grupos de amigos.

Muchas veces los deberes morales coinciden con los religiosos y los jurídicos: por ejemplo no matar es un deber moral, pues si lo hago me condena mi conciencia; pero a la vez es un mandamiento divino, que si no lo cumplo me conduce al infierno según la tradición judeo-cristiana, y es también un deber jurídico, pues si mato voy a la cárcel, tal como lo contempla la ley penal. Hay otros deberes que son morales pero no están contemplados por las normas jurídicas para castigarlos, como dar limosna a un necesitado
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